
Squirting proviene del verbo squirt, que significa “hacer que un líquido sea disparado en forma de corriente rápida por un agujero pequeño”. Pero eso es aburrido y aquí no voy a discutir algo aburrido.
En el contexto sexual squirting es confundido con la eyaculación femenina o el orgasmo femenino, pero en realidad no son lo mismo. Esta confusión no nos sorprende ya que es un tema que todavía en estos tiempos sigue siendo tabú; por lo que muchas de nosotras no conocemos bien sobre él, mientras que muchas otras no lo han logrado o tan siquiera lo han intentado. Y me refiero a “muchas de nosotras” porque ni yo misma lo había experimentado hasta que me pidieron escribir sobre este tema.
Squirt es la expulsión de un líquido compuesto por urea, acido urico, creatinina y PSA mediante la estimulación del punto G (ubicado dentro del canal vaginal sobre la pared frontal a unos 3 a 5 cm hacia adentro), es importante estimularlo estando previamente exitada; y tener en cuenta que la cantidad de líquido que se libera varía de mujer en mujer.
Por otra parte, la eyaculación femenina es un líquido blancuzco que no suele ser muy abundante y se produce con el orgasmo. A menudo se confunden con la lubricación de la vagina durante la excitación. Este líquido está compuesto de glucosa, fosfatasa ácida prostática y antígeno prostático o PSA.
Tanto el squirt como la eyaculación femenina se generan mediante la liberación orgásmica.
Habiendo aclarado lo que es el squirt, ahora pasamos a la parte divertida: ¿cómo lograrlo?
Una de las formas para expulsar este preciado líquido es mediante la introducción de los dedos por la vagina, y mientras se toca el punto G, haciendo un movimiento de “ven acá” (como estar llamando a alguien con los dedos), hasta que se sienta la sensación de presión (como si tuvieras ganas de orinar) y no parar de hacer ese movimiento hasta que se prenda la fuente.
Cabe mencionar que no todas las mujeres disfrutan la estimulación del punto G, al igual que no todas disfrutan del sexo anal, y eso está muy bien. Lograr el squirt no es sinónimo de capacidad sexual; si lo logras disfrútalo como un proceso natural y si no lo has experimentado tranquila, porque esto no te hace más ni menos mujer.
Pero por supuesto, hablar del squirting de esta manera es un poco monótono. Así que para que aprendas, pero a la misma vez te diviertas un poco con este artículo, te voy a contar de mi experiencia con el tema.
Cuando me pidieron que escribiera sobre esto, tengo que admitir que me puse un poco nerviosa, no porque me asustara el tema, si no porque yo nunca lo había logrado. No que no lo hubiera intentado antes, pero sinceramente, como nunca había sucedido, me había rendido, y ¿cómo escribir de algo que nunca has experimentado? Supe que por supuesto tenía que ponerme a intentarlo una vez más.
Siendo la gran perezosa que soy le pedí a un compañero que me ayudara con la “tarea”. Al este cancelar el día antes del encuentro consideré preguntarle a otro, pero después me puse a pensar y la realidad es que, ¿qué clase de mensaje iba a llevar si dependía de un hombre para lograr llegar a algo tan personal y liberador como se supone que es el squirting?
Al decidir conseguirlo sola, por supuesto me puse a buscar información sobre el tema y leí todo artículo que conseguí y hasta videos vi; sí vi videos. Pero NADA se compara a la experiencia propia de llegar a hacer squirt.
El día que decidí intentarlo una vez más (en esta ocasión llena de información), me fui a al baño y allí en la bañera, comencé a explorar. Claro, pude haber utilizado algún “juguete” que me ayudara, pero decidí hacerlo sola y con nada más que mis hermosos dedos.
Como la “nerd” que soy, recordé todo lo que había leído y visto y lo utilicé como guía. No voy a entrar en detalles porque tampoco voy a hacer la descripción de una porno, pero para que tengas una idea, lo que hice fue no rendirme. Antes cuando lo intentaba, la realidad es que o me cansaba, o tan pronto me daba la sensación de orinar, paraba. Pero esta vez no, esta vez seguí haciendo el gesto de “ven acá” en el área de mi punto G hasta que sentí la sensación de orinar, y en vez de parar, seguí jugando con cómo me sentía y cómo se sentía lo que hacía.
Finalmente, luego de como unos quince minutos (sí, quince y sí, la mano se me cansó y necesité ayuda de la otra… Lol!) después de comenzar a sentir la presión y sensación de orinar, sentí como si algo dentro de mí quisiera explotar y finalmente me dejé ir, me rendí ante la sensación y sucedió. Mi primera vez squirting y fue todo y más de lo que esperaba; fue una sensación única, algo que nunca había sentido, sola ni con un compañero. Me sentí rejuvenecida, libre en un nivel de éxtasis superior a cualquier otro, se sintió tan bien que seguí hasta que me sucedió una segunda vez. En ese momento me sentí completamente nueva, relajada, contenta y agradecida de haberlo intentado y haberlo logrado. Pero más que nada, me sentí mucho más unida a mí misma y feliz por haberlo conseguido sola ya que es una experiencia única.
Así que te dejo con un consejo, si no te has atrevido, o lo has intentado pero no lo has logrado; vuelve a intentarlo, simplemente atrévete, porque es una experiencia por la que todas deberíamos pasar. Lo vas a disfrutar, y sobretodo, vas a estar más segura y feliz contigo misma.
¡Espero disfrutes tu viaje al éxtasis!
Erika Santiago