
“Sigue de largo, ignóralo, hazte de la vista larga, no lo tomes tan a pecho, es solo un piropo, no te vistas tan provocativa, no seas tan amargada”... y así seguimos perpetuando este comportamiento.
Pero, ¿hasta cuándo? ¿Acaso somos las mujeres realmente libres de andar solas en las calles?
Entrevistamos a Valeria Pomales sobre su cortometraje Otro día, que presenta la realidad del acoso callejero, tras una experiencia traumática que vivió en el barrio Santurce de San Juan, Puerto Rico. El corto es una colaboración de Valeria Pomales, quien se estrena como directora, y Raymesh Cintrón en la producción, grabación y edición.
¿Por qué quieres tocar el tema del street harassment?
Valeria: Cuando entré en la universidad comencé a darme cuenta de varias situaciones que no están bien. Situaciones que no me había cuestionado antes porque me parecían normal. Comencé a recordar cuando era más joven y experimentaba la incomodidad de tener a hombres mayores mirándome y gritándome cosas que me incomodaban, pero aún no sabía el daño que me hacían.
Fast forward hasta hace poco, cuando trabajaba en Axolote, sucedió lo que presentamos en el cortometraje (fui lo más exacta posible en presentar la experiencia tal cual pasó).
Esa noche salí tarde de trabajar y no pensé decirle a mis compañeros: “quédense conmigo y acompáñenme al carro” porque mi carro estaba súper cerca y no pensaba que corría peligro en caminar sola. Pero mientras caminaba, se paró un carro al lado mío, con dos hombres dentro que comenzaron a decirme: “ven acá, ven acá, ven acá”, sin parar. Mi reacción fue cruzar la calle y montarme en mi carro lo más rápido posible, mirar alrededor a ver si había alguien que me pudiera ayudar, pero no había nadie porque ya era tarde. Una vez en mi carro, veo que el otro vehículo se estaciona al frente mío. En ese momento pensé: “OK, si él se estacionó es porque no tiene intención de let this go. Él quiere seguir insistiendo en acercarse a mí de alguna forma”. Entonces analicé rápidamente: “si salgo directo por la calle Cerra, él puede seguir detrás de mí; así que lo más rápido que se me ocurrió fue salir en reversa, pero aún así él me siguió en reversa también”. Finalmente cuando logré escapar I broke down, empecé a llorar, estaba temblando, mis pies estaban temblando y casi no podía guiar, perdí el control de mi cuerpo y de mis emociones. Fue la primera vez que realmente he sentido miedo.
Quiero que la gente entienda cuál es el miedo en relación al acoso callejero y por qué el hecho de tener a un desconocido diciéndote piropos, molesta tanto.
¿Cuál es tu objetivo con este cortometraje?
Valeria: Además de iniciar la conversación sobre el tema del street harassment, quiero provocar cierta incomodidad en el público. No importa si eres hombre o mujer, quiero que te pongas en mi posición y pienses: “qué carajos quiere esa persona”.
¿Por qué crees que existe la noción de: “si eres mujer no debes salir sola o caminar sola por la calle en la noche”? A las mujeres nos enseñan a pedir que nuestros amigos nos acompañen, mientras que los hombres tienen la confianza de salir solos en la noche sin necesidad de que un pana los acompañe. Aclarando que los hombres no están exentos a que los ataquen para asaltarlos o agredirlos.
Valeria: Yo pienso que el hombre puede temer que le hagan un carjacking, le roben o lo asalten; pero a la mujer el asalto no va a ser de un objeto sino de su cuerpo. Ese es el miedo real. Porque si me vas a robar algo, pues robamelo, I don’t care; pero el miedo es que tu me quieras invadir mi cuerpo.
Sin generalizar, en muchos casos el hombre está criado para ser fuerte físicamente y hacer trabajo pesado, y tienen una mentalidad de que ellos están capacitados o que tienen la fuerza para defenderse contra un ataque físico; y eso les da más confianza. Pero la mujer usualmente no crece aprendiendo a defenderse contra la fuerza de un hombre.
Recuerdo que una vez mi hermano mayor y yo estábamos en un restaurante. Yo quería comer en el lugar de al lado, y él me pidió que lo esperara para no irme sola. Yo, rebelde al fin, traté de irme de todas formas y él me agarró por el brazo bien fuerte y me dijo: “trata de safarte”. Él es mi hermano y yo me asusté tanto con su fuerza que no me atreví a moverme; imagínate si hubiera sido un ataque real.
¿Cuál piensas que es la causa de esta desigualdad de pensamiento y conducta entre hombres y mujeres? Y ¿cómo podemos erradicarlo?
Valeria: Todo está conectado a la perspectiva de género que se le impone a la mujer y al hombre. La manera en que siempre se ha proyectado a la mujer como delicada, buena, tranquila, frágil o subordinada, fomenta que el hombre se sienta con autoridad sobre ella. Además muchos hombres aprenden a actuar como cazadores, y cuando salen a janguear, en vez de estar pendientes a pasarla bien, lo que piensan es: “vamos a ver con qué nena me voy hoy”.
Aparte de eso, pienso que el punto más influyente en este tema es que en Puerto Rico no se habla de la sexualidad correctamente, ya que estamos muy influenciados por la religión. En las escuelas no dan una educación sexual correcta y los niños pequeños solo conocen sobre: papi y mami se unen y sale un bebé. Luego hay un gap donde no recibes ningún tipo de educación sexual y cuando llegas a la adolescencia, la información que recibes viene del regeatón, del trap o de lo que vez en la televisión.
Además de trabajar con la perspectiva de género y la educación sexual como raíz del problema; una solución inmediata es crear conciencia sobre el acoso callejero. Por eso me gustaría hacer una investigación social sobre el tema para crear un foro público donde las personas puedan recibir información de qué hacer en estos casos. Digo personas porque es muy importante involucrar al hombre en la conversación. La idea es que dejemos de aceptar este comportamiento como algo normal, y si vemos que algún amigo está acosando o incomodando a una chica, le dejemos saber que eso está mal.
En caso de que seas tú la persona acosada, es importante verbalizarlo, aunque se te haga difícil por los nervios o por el coraje, tienes que dejarle saber al acosador que sus actos te incomodan. Si luego de eso la persona insiste, entonces ahí debes alejarte, buscar ayuda o defenderte.
A continuación el cortometraje Otro día.