
La filosofía taoísta sostiene que las mujeres poseen tres "puertas" al orgasmo: el clítoris, la zona G y el cuello uterino. El clítoris es la primera puerta y se destaca como un camino fácil y eficaz hacia el orgasmo. La segunda puerta es la zona G, otra poderosa fuente de placer que también es muy conocida. Pero pocos conocen sobre la capacidad orgásmica de la tercera puerta (el cuello del útero).
Según los taoistas, el "cervix" es el corazón de la mujer y cuando este punto es estimulado, emociones como el amor y la vulnerabilidad salen a flote. Al igual que un corazón, el cervix es muy delicado y es por esto que la mayoría de las mujeres experimentan dolor cuando es estimulado de forma repentina. Sin embargo, con una estimulación adecuada puedes experimentar un orgasmo más intenso, duradero y lleno de energía.
Para abrir esta tercera puerta es esencial el uso de los dedos, el pene o un dildo. El cervix se encuentra ubicado en la parte baja del útero (la entrada). En la excitación sexual durante la estimulación del clítoris, y la zona G (goddess spot), el cervix se reposiciona creando más espacio para el falo. De esta forma, si ocurre una penetración, no debería ser dolorosa. En las prácticas del Tantra se recomienda utilizar los yoni wands de cuarzo para expandir la energía sexual con la energía del cristal. La mejor forma de estimular el cuello uterino es masajearlo suave y firmemente con movimientos lentos en forma circular hacia la izquierda, derecha y debajo. También la penetración desde atrás permite un acceso más fácil al cuello uterino, y las técnicas taoístas de atornillar (pequeñas espirales del sacro) son ideales para esto. Importante tener precaución para no golpearlo o lastimarlo.
La sensación de esta apertura es muy profunda y puede producir la liberación de "la tercera agua" (eyaculación femenina que se asemeja a un líquido espeso y viscoso). Es posible sentir que el cuello uterino se abre y se cierra o succiona mientras se contrae en la liberación orgásmica.
"La sexóloga Kim Anami, describe al orgasmo cervical como “el más profundo y trascendente de todos, que hace estremecer todo el cuerpo y crea una intensa relajación emocional capaz de conciliar el lado más físico del orgasmo clitoriano y el emocional del punto G". Yo, basándome en la experiencia, lo describo como una carga eléctrica que provoca escalofríos en toda mi piel. Corrientes que suben y bajan por mi columna vertebral y por todo mi cuerpo.
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Por Vanessa Vila