
PT: ¿Cómo estás?
EB: Bien, un poco cansada… Pensé que las Navidades iban a estar más relax, pero no. Me cayó un montón de trabajo… ¡Pero eso es bueno, hay que aprovechar!
Así, entre risas, comenzó una amena entrevista con Elizabeth Barreto Ortiz, quien es una de las papayas que se estará presentando este próximo viernes, 23 de diciembre en el evento Arte Jangueo en el Museo de Arte de Puerto Rico. Hablamos sobre sus comienzos, sus gustos e intereses y sobre el camino recorrido hasta hoy.
PT: Háblame un poco de ti: ¿dónde naciste, dónde te criaste?
EB: Nací y me crié en Bayamón, donde mis papás vivieron desde jovencitos. Mi papá toda la vida trabajó como técnico dental, tenía su propio laboratorio, así que yo veía cómo hacía los moldes, los vaciados y las cajas de dientes, y mi mamá siempre hacía muchas artesanías en la casa como pasatiempo. Ellos también estuvieron un tiempo haciendo diseño de jardines y siempre me llamó la atención como se juntaban a crear. Los bocetos que hacían incluían iluminación, sistemas de riego, tipos de plantas, etc. Al tiempo, la gente empezó a preguntar quién hacía los jardines, así que decidieron convertir lo que comenzó como un “hobby” en un “side job” también.
“Mis padres siempre han sido personas bien creativas, así que esa vena creativa siempre estuvo presente”
PT: ¿A qué edad comenzaste a pintar y qué fue lo que te atrajo a la pintura?
EB: Como a los 10 o 12 años comencé a trabajar en un restaurante de la familia, y cuando al fin empecé a cobrar, me lo gastaba todo alquilando videos de animación japonesa y cartas de Pokemon (¡me da risa que volvió la fiebre!). Me llamaba mucho la atención el trabajo manual que se veía detrás de las animaciones, así que cuando llegué a high school ya sabía que me gustaría estudiar algo como animación o física -sí, eran dos cosas como que totalmente opuestas, pero me encantaba la física- entonces descubrí la Escuela de Artes Plásticas, así que decidí estudiar arte, tal vez un poco de una manera ignorante porque mi contacto con las artes había sido muy poco. En ese momento aún no entendía bien la complejidad existente detrás de crear arte.
“Empecé a intercalar medios y sobretodo a enamorarme del papel”
PT: ¿Qué o quién consideras que ha sido tu mayor influencia artística?
EB: Comencé con la fijación por la animación japonesa y luego comencé a visitar el Museo. En esas primeras visitas, me gustaba mucho la pintura de Francisco Rodón -que todavía me fascina-, la pintura de Augusto Marín y de Rafael Rivera García. Cuando entro a la universidad y empiezo a ver la diversidad del trabajo que se estaba creando, a través de mis compañeros, realmente tengo que decir que me influencié muchísimo por lo que estaba sucediendo alrededor mío. Entonces comienzo a tener mucha influencia de lo que es la producción del arte urbano y artistas como el Coro Gráfico, Admín Torres, que estaba llevando su trabajo pictórico a espacios como lo que son los muros y básicamente eso me llevó a trabajar – por pura experimentación y también diversión con muchos artistas del patio.
“Siento que no me puedo encajonar en una técnica"
PT: ¿Cómo defines tu estilo? ¿Prefieres alguna técnica en particular?
EB: Mis medios favoritos siempre van a ser el acrílico, de una manera muy, muy aguada (acrílico acuarela) y el lápiz. Me gusta mucho el papel, abordo mucho el retrato, y tengo una fijación con la figura humana: eso sí es algo muy notable en mi trabajo. Retratos bien detallados en cierta manera pero a la vez incompletos. Me gusta definir mucho las expresiones del sujeto que estoy retratando pero a la vez no me gusta terminarlo; quizá no necesito el cuerpo entero. También me gusta mucho cortar y pegar papel.
PT: ¿Cómo vez la figura de la mujer en la escena del arte en Puerto Rico?
EB: (Esta pregunta la he tenido que contestar como en varias ocasiones) Creo que es algo que va cambiando constantemente mi opinión sobre esto. La mujer tiene un taller bien único. Hay un montón de mujeres artistas en Puerto Rico que son talentosísimas y que le dan la liga a cualquiera, en términos hasta de artistas internacionales. O sea, que están a nivel de que si tuvieran la oportunidad, pueden tener el mismo ranking, ya sea hombre o mujer. Y es una pena que cuando se curan exhibiciones o se hacen eventos, siempre somos como que la cuota mínima. Y no creo que sea de una forma malintencionada, pero muchas veces cuando se curan exhibiciones las personas que están coordinando las mismas, muchas veces resuelven con amistades artistas, y muchas veces terminan repitiendo los mismos círculos. Y sí tengo que decir que estas mismas personas muchas veces han tenido el interés genuino de exhibir compañeras, y lo hacen con la mejor intención porque realmente creen en su trabajo. Igual me ha pasado que muchas veces me han hecho el acercamiento personas que ni yo espero y realmente lo agradezco.
Ahora mismo estoy participando de la creación del Taller Malaquita en Santurce, un espacio creativo donde todas podamos compartir ideas, herramientas y conocimientos. Básicamente, la idea detrás del proyecto es que como artistas, nos apoyemos las unas a las otras. Vamos a despojarnos de la idea de “que no me invitan para aquí o para allá” y vamos a crear nosotras mismas ese espacio.
“Creo que es una cuestión de cómo la mujer también abre su propio espacio. Somos nosotras mismas las que tenemos que apoyarnos las unas a las otras para que se den las cosas”.
PT: ¿Cuál es tu mood preferido a la hora de pintar?
EB: Mi mood ideal siempre va acompañado de café, el café, el café es bien importante… y buena música. Cuando ya no quiero café, no es que sea alcohólica, pero a veces me gusta servirme algún licor straight o en las rocas como un ron Barrilito o algo así. Me pompea y me relaja un poco en la cuestión de no tener tanto estrés. Y eso es cuando estoy en el studio, porque cuando estoy trabajando murales, la adrenalina es tanta que solo necesito estar bien alimentada y bien hidratada. Pero sí, la música es bieeeeen importante.
Ven a ver su trabajo este viernes junto a otros en Arte Jangueo.