
La existencia del clítoris ha sido bien conocida desde la antigua Grecia donde el orgasmo femenino era recomendado para la fertilidad de la mujer. Pero no fue hasta el 1559 que el cirujano italiano Realdo Colombo le dio identidad y protagonismo en el placer sexual femenino. Protagonismo que duró poco ya que a principios del año 1800 doctores y científicos comenzaron a relacionar el clítoris y el orgasmo femenino con la supuesta terrible enfermedad de la Histeria. "El hecho de que el clítoris sea un órgano que sirve exclusivamente al placer sexual ha frustrado durante siglos a los científicos, que trataban de buscar una función reproductiva, relacionada con el coito; para estos, tenía mucho más sentido que el placer se obtuviera de la estimulación vaginal". Así también lo aseguró Sigmund Freud, el enemigo número 1 del clítoris, cuando inventó el concepto del orgasmo vaginal y declaró que una mujer madura solo podía obtener placer sexual mediante la penetración. Incluso sostuvo que las mujeres que disfrutaban con el clítoris eran inmaduras, incluso, neuróticas. Fue entonces cuando comenzó la era de oscuridad y olvido para nuestro amado clítoris.
Todavía se continúa especulando sobre la función reproductiva del clítoris en general y el orgasmo femenino en particular, sin llegar a una conclusión. Porque NO la hay. Este órgano no tiene ninguna otra función más que proporcionar placer. ¿Es tan difícil de entender?
A pesar de múltiples esfuerzos por minimizar la capacidad del clítoris y promover la desinformación con representaciones erróneas del mismo, hoy día sabemos que este es un órgano completo cuyo glande es solo la punta del iceberg (la parte visible desde el exterior de la vulva). Pero en el interior de la piel se extiende entre 9 a 11 cm. en cada lado. Por el interior de los labios externos e internos hasta la cavidad vaginal, el clit permite que las mujeres disfruten del placer sexual con su estimulación externa e interna desde diferentes ángulos.
Sin embargo, para muchas mujeres la manera más efectiva de obtener un orgasmo es con la estimulación directa del glande, ya sea manual, con un vibrador o mediante un buen y delicioso cunnilingus. Algunas de las formas más efectivas de estimular el clítoris son la fricción, succión y/o vibración en el glande. También soplar el glande se siente delicioso. La presión, pulsaciones o "tapping" en el glande, en los labios externos y el interior de la vagina (especialmente en la zona G); y las combinaciones de rose suave y rápido por los labios externos, internos y el vestíbulo vaginal. Además puedes jugar con las texturas y temperaturas: frío, caliente, sedas, plumas, encaje.
El clítoris se podría comparar anatómicamente con el pene en sentido que ambos tienen glande, prepucio, raíz, bulbos y tallo. Al igual que el pene, la excitación sexual del clítoris provoca que todo el órgano se llene de sangre, se hinche y tenga una erección. Por eso después del orgasmo sentimos todo el interior de la vagina apretado y el glande más sensible. Quizá la gran diferencia entre uno y otro es que el clítoris tiene 8,000 terminaciones nerviosas, mientras el pene solo tiene 4,000.
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Por Vanessa Vila